
Asociación de recicladores de Bogotá
Silvio Ruiz, líder reciclador

Silvio Ruiz es uno de los líderes recicladores más visibles que tiene el gremio, junto con Nohra Padilla ha luchado incansablemente por defender los intereses de estas personas que viven de lo que los demás desechan. La asociación de recicladores de Bogotá (ARB) fue fundada por recicladores y para ellos, con la política interna de que solamente la pueden administrar personas del gremio, pues nadie los entiende más que ellos mismos.
La ARB se encarga principalmente de dos tareas, la primera es ser la vocera de los recicladores y la segunda es la de defender sus intereses ante el estado y la sociedad. Es por eso que a lo largo de su existencia la asociación ha librado múltiples batallas que tienen como principal objetivo dignificar la labor del reciclador.
Esta organización se preocupa por el bienestar de aquellos que viven entre las basuras buscando material por el que les pagan, es una labor desagradecida con las personas que la hacen día a día, pero muy importante para la sociedad y el medio ambiente que la rodea.
María Camila Pabón: ¿Por qué surge la asociación de recicladores de Bogotá?
Silvio Ruiz: Hace tiempo Bogotá tenía botaderos a cielo abierto, en la alcaldía de Andrés Pastrana inauguraron (1988) el relleno sanitario Doña Juana y lo primero que hicieron fue dejar de llevar basura a esos lugares sin solucionar la situación de las familias que vivían de los botaderos; esa situación motivó a que los recicladores se organizaran y empieza a surgir la ARB como una expresión de los recicladores
Nathalia Moreno: ¿Qué tipo de apoyo ha tenido la ARB a lo largo de su existencia?
Silvio Ruiz: Esta ha sido una organización autogestionada que tuvo sus primeros apoyos con la Fundación Social (propiedad de los Jesuitas), pero que nunca ha funcionado con recursos públicos, sí ha habido apoyos esporádicos, como el hecho de que nos llamaran a veces a recoger material de una entidad pública. Esta Fundación ha dependido del trabajo de los recicladores y de gestión de proyectos nacionales e internacionales casi siempre por parte de entidades privadas.
MCP: ¿Cuál ha sido la alcaldía que más los ha apoyado?
SR: Como asociación no podemos decir que una administración nos ayudó, pero como gremio hemos reclamado y hemos hecho propuestas a lo largo de la existencia de la ARB; algunos se ‘hacen los locos’ y otros algo hacen, pero básicamente lo que hemos logrado ha sido a través de la lucha.
NM: En ese caso ¿ cuál ha sido la administración que más les ha permitido trabajar por el gremio?
SR: Con Petro se logró, a través de una acción afirmativa, el pago a los recicladores por su servicio y después de muchas protestas logramos negociar con él la sustitución de los vehículos de tracción animal por ‘carritos’. En términos de lograr las conquistas, con la administración que mejor nos ha ido ha sido con la de Petro.
MCP ¿Qué le piden los recicladores a la ciudadanía?
SR: Un cambio de actitud frente a los recicladores porque la gente cree que son malos por buscar entre las basuras. También separar los residuos en la fuente en la que se generan y sacar la basura 4 horas antes de que pase el camión para que el reciclador tenga tiempo de escoger el material.
Silvio Ruiz, líder reciclador
Recicladores de la ARB
Así como Silvio Ruiz un ejemplo de liderazgo y perseverancia, muchos otros recicladores de Bogotá han guerreado batallas inalcanzables junto con el apoyo de la ARB. Sandra Carolina Ortiz es una de ellas, está una mujer emprendedora que no le teme a nada y se le mide a todo, ha sido una de las recicladoras que poco a poco ha ido progresando desde su labor en el Centro de acopio de La pensilvania, en Puente Aranda.
Marina Perea una mujer madre cabeza de hogar, que desde hace seis años está vinculada a la ARC como recicladora, es una de las tantas guerreras que nada ni nadie les borra la sonrisa al tener que recorren día a día las calles de la ciudad de Bogotá en busca de plástico, aluminio, chatarra y cartón, que luego es vendido al centro de acopio la Pensilvania en donde les pagan 390 pesos por kilo.
Como dice doña Marina “el salir a las calles a buscar el sustento diario de tu familia, en medio de la basura, es tener mucho estómago”. Las adversidades que pasa cada madrugada cuando sale de su casa a reciclar, son innumerables. Sin embargo, vive agradecida con esta labor porque le ha permitido llevar el sustento diario a su hogar y también con la asociación que abrió las puertas en el momento que más lo necesitaba.
Asi como esta mujer, Ana Marina Palomino también es una guerrera de la basura, que desde hace treinta años, junto a su esposo han recorrido las calles de la ciudad para sacar adelante a sus tres hijos. Esta mujer como otras líderes, fue una de las recicladoras que fundó la cooperativa Rescatar, pero hoy en día está vinculada a la ARB, en donde no solo ha recibido un apoyo económico por su oficio, sino que también ha sido un apoyo moral después de la muerte de su esposo.
Aunque su labor ahora es paga, como no lo era anteriormente, en su rostro se refleja el cansancio y menciona con profunda tristeza que por parte el Gobierno actual no ha cumplido con lo prometido “Después de pagarnos lo que era justo con reciclaje, ellos prometieron mejoras de vivienda y esta es la hora que mi casa esta en medio de la nada. Solo han contribuido a las viviendas que tiene dos o más pisos, pero a mi ranchito que es de un piso y que en verdaderamente lo necesita, no le han puesto nada”
En medio de estas realidades, se le suma la de Carlos Fernando Vargas, un reciclador más de la ARB, que en su rostro se le nota amor por su labor, pero al mismo tiempo considera que lo que diariamente gana no es suficiente para tener una justa y buena calidad de vida. Sin embargo, alarga al máximo su sustento diario y poco a poco ha aprendido a vivir con ello.